Por enrique delgadillo
Tu vida, como ya hemos repetido hasta el cansancio, está
hecha de decisiones. No importa cuales
hayan sido tus circunstancias al nacer, ni quienes hayan sido tus padres. Si estás leyendo esto es porque llego un
momento en el que empezaste a tomar decisiones por ti mismo.
Cada momento que tienes en tu vida es una decisión, aunque
a veces no lo vemos así porque nos programamos durante toda nuestra vida a reaccionar a los estímulos externos de
acuerdo a como nos enseñaron o a como nos enseñamos a lo largo de nuestra vida.
Pero si dejamos de reaccionar, y empezamos a responder, cambia totalmente la forma
de vivir y de percibir nuestra situación.
Tan sencillo como que si has leido hasta aquí fue por una
decisión, y si sigues leyendo también va a ser una decisión. Y si terminando de leer te conectas a
Facebook 2 horas a ver que hay de interesante en la vida de los demás, también
va a ser una decisión; y si mejor ocupas ese tiempo haciendo algo interesante
con tu propia vida para que los demás te admiren en Facebook también va a ser
tu decisión.
Lo que hagas mañana cuando te levantes va a ser una
decisión. ¿Irás o no a trabajar, o a la
escuela? ¿Que desayunarás? ¿Que harás
con tu tiempo libre? ¿Lo perderás en
alguna actividad vacía como ver la televisión o harás algo de provecho para
manifestar éxito en tu futuro cercano?
¿Ves? Cada cosa que
haces o piensas en el día es una decisión.
Cada momento estás decididendo cambiar tu valiosísimo tiempo por
experiencias nuevas y emocionantes (o viejas y aburridas). Tú, ¿por que experiencias estás cambiando tu
tiempo?
Te voy a dar un consejo, y si solo recordaras una cosa de
este pequeño libro, te pediría que fuera esto:
Cada vez que tomes una decisión en tu vida, decide en favor de lo que
te emociona, decide en favor de lo que te apasiona. Todos los días, sin falta.
Si nos preguntamos ¿Que quieren todos de la vida? La respuesta universal es “Ser felices”,
no? Vamos a analizar un poco lo que es
la felicidad.
Si te pregunto cual es el opuesto de la felicidad, ¿que dirías?
Probablemente digas que la tristeza o la depresión, verdad?
¿Y si te pregunto cual es el opuesto del amor? Seguramente me vas a decir que el odio. ¿Cierto?
Pero una vez que lo analizas, el amor y el odio son ambas
emociones muy fuertes dirigidas hacia algo o alguien, y en ese sentido son
prácticamente lo mismo. Apoco no dicen
que del odio al amor solo hay un paso?
Entonces el verdadero opuesto del amor no es el odio, sino la indiferencia.
El opuesto del amor es el no sentir nada.
Podemos concluir lo mismo acerca de la felicidad. Cuando uno está feliz, es porque algo le
emociona. Ya sea una relación, algún
proyecto que está realizando, alguna actividad recreativa, etc.
Felicidad = Emoción
¿Entonces cuál sería el contrario de la felicidad? Si tu felicidad depende de la emoción con con
la que estés viviendo tu vida, entonces lo contrario se llama aburrimiento.
Cuando uno está aburrido es imposible ser feliz. En cambio cuando hacemos cosas que nos
apasionan y nos emocionan nos sentimos plenos en ese momento, y si sabemos
llenar nuestra vida de esos momentos podremos decir que vivimos felices.
Recuerda que la felicidad no es un destino al que vamos a
llegar, pues todos vamos hacia el mismo lugar.
La felicidad es simplemente la forma de viajar.
Asi que lo único que queda por hacer depende de ti.
Haz cosas que te den miedo.
Haz cosas por los demás.
Omite cualquier significado que le des a la opinión
pública, aunque sea difícil, esto es lo que te va a liberar.
Toma consejos únicamente de personas con quien quisieras
cambiar de lugar.
Disfruta cada momento de cada día como si este fuera tu último
día en la tierra.
Aprende a decir “te amo” sin esperar respuesta, aunque sea
con el pensamiento.
Llena tu día de actividades que te inspiren, motiven, o
emocionen.
Decide siempre a favor de lo que te apasiona, no de lo que
los demás creen que debes hacer o creen que está bien.
Camina con seguridad hacia tu visión “perfecta”, y
–construyendo ladrillo por ladrillo- te aseguro que en poco tiempo tendras una
gran obra maestra.
Piensa que, en muchos años, cuando estemos listos para
irnos de este mundo, nos vamos a preguntar ¿Aproveché mi vida? ¿Hice lo que
quise? ¿Viví con pasión? ¿Amé desinteresadamente?, y lo más importante… ¿Dejé
huella en este mundo, o simplemente existí?
¡Y con toda el alma desea el éxito a los demás, así
como yo te lo deseo a ti en todo lo que emprendas de aquí hasta el día que nos
toque pasar a la siguiente vida!
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