Por enrique delgadillo
¿Alguna vez has tenido un momento en el que sientes un enorme vacío en ti, un momento en el que sientes que la vida parece sólo un trámite para llegar a otro lado?
¿Alguna vez has tenido un momento en el que sientes un enorme vacío en ti, un momento en el que sientes que la vida parece sólo un trámite para llegar a otro lado?
Yo si. Y en varias
ocasiones. Sin embargo parecía que algo
adentro de mí siempre sabía que había algo más que simplemente “existir”. Y ese algo es como un motorcito que nos
mantiene con una pizca de esperanza de que vienen mejores tiempos. ¿Si no, cuál es el caso de seguir, no?
Pero por alguna razón parece que esos tiempos no llegan. Y es que he descubierto que lo que queremos
conscientemente no siempre es lo que queremos subcoscientemente. Es como dice uno de mis mentores, “llevamos
un pie en el acelerador y el otro pie en el freno”.
Y no hay mejor analogía para explicar lo que hacemos con
nuestras vidas y lo que hacemos todos los días.
Te apuesto a que a diario tienes deseos de tener más
cosas. Ya sean más amigos, más amor, más
dinero, mejor salud, un mejor físico, etc.
Pero porqué esos deseos no se manifiestan en la realidad que vivimos?
La respuesta está en tus hábitos.
Esos programitas mentales que te hacen actuar en automático todos los
días (por ejemplo: levántate, arréglate, desayuna, trabaja, come, trabaja,
cena, ve las noticias, ve las redes sociales, y duérmete).
Estos hábitos conforman el 94% de nuestras acciones
diarias, y nos tiene viviendo en piloto automático literalmente.
Es chistoso, pero cuando vives la vida en piloto
automático, dejándote manejar por tus creencias y hábitos y por lo que piensa
la demás gente de ti, no hay mucha diferencia entre un zombie y tú. ¿Lo habías pensado?
Y bueno si el termino “zombie” no te gusta, ¿Qué tal
“robot”?
Y es que por seguridad, tu mente ha creado un mapa mental
en tu cabeza de cómo las cosas deberían de ser, según todo lo que has
aprendido. Esto le da a tu mente un
punto de referencia y se siente segura de que las cosas se mantendrán
predecibles durante un periodo de tiempo considerable.
Este mapa mental define todo lo que haces, piensas y dices
a lo largo del día. Estas programado
para vivir igual, todos los días.
Exactamente como un robot.
Este mapita mental también ha creado algo que tal vez no
has reconocido hasta ahora. Ha creado
una imagen de lo que tu eres, según tus experiencias y la retroalimentación (lo
que los demás te dicen de ti).
Cuando intentas cambiar algo en tu rutina, tu mente pierde el punto de
referencia y ahora las cosas no son predecibles y seguras como le gustan, y nos
manda señales en forma de químicos que nos hacen sentir lo que llamamos miedo y
ansiedad.
El miedo y la ansiedad básicamente son tu sistema de
defensa pidíendote a gritos que regreses a lo “normal”, a lo que ya conoces.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con nuestra autoestima?
Pues que lo mismo sucede con esa imagen de lo que crees que
eres tú. Cuando algo empieza a cambiar
esa imagen, hay resistencia y te incomodas.
No te gusta salir a hacer cosas diferentes porque esto representa un
cambio y los cambios no nos gustan.
Tu puedes pensar conscientemente que quieres ser exitoso y
popular, pero subconscientemente tus hábitos no quieren que cambies esa imagen
a la que te has acostumbrado tener de ti estos últimos años.
¡Pero esa imagen no eres tú! Es una fabricación de tu mente y es lo que
llamamos tu EGO.
Una vez que te haya quedado claro que lo que piensas de ti mismo es tan
solo una fabricación; una “imagen” mental de lo que eres y representas, basado
en lo que has vivido, toma en cuenta esto:
Lo que has vivido o aprendido no es todo lo que existe.
¿Parece algo demasiado obvio no? Pero, ¿porqué te digo algo que seguramente ya
sabes?
Porque casi siempre estamos tan envueltos en nuestro propio
ego y en lo que creemos que es nuestra “realidad” que nos falla ver mas allá de
ella. Nos falla reconocer que existen posibilidades para nosotros
fuera de nuestra “realidad” actual.
Tu mente jamás te va a dejar ver mas alla de lo que tu
crees que existe, porque simple y sencillamente no conoces otra cosa. Y tú crees que existe solo lo que has vivido
y aprendido.
Tengo un amigo que trabaja entrenando perros, y un día me
estaba platicando que si un perro lo encierras en una jaula pequeña toda su
vida, pero lo sacas media hora al día para correr y jugar, vivirá para esos 30
minutos todos los días y habrá valido la pena esperar las otras 23 horas con 30
minutos para ese momento. Porque no
conoce nada más.
En cambio si a un perro que ha vivido libre en un jardín
inmenso durante años lo encierras en una jaula, probablemente entre en una
fuerte depresión.
La diferencia entre uno y otro no tiene nada que ver con el
tamaño de la jaula, sino el conocimiento de que existe algo más grande allá
afuera. O la ignorancia de esto.
Por supuesto que estoy totalmente en contra de este tipo de
prácticas y cuando me imaginé al pobre perro encerrado 23 horas pensé en quién
podría ser tan cruel. Pero a su vez me
imaginé lo que sucedía en la cabeza del perro, y pensé:
Probablemente él no crea que haya nada de malo con vivir encerrado
tanto tiempo, pues no conoce nada más.
Años después, y habiendo estudiado principios de desarrollo
personal, habitos de personas exitosas y demás, y recordando este dato que me
había platicado mi amigo, caí en cuenta de que las personas que nunca llegan a
probar ningún tipo de éxito en sus vidas viven igual que aquellos canes
ignorantes.
Yo lo hice durante muchos años, debo admitirlo, y veo como
muchos lo hacen. Es hasta cierto punto
natural, pues es difícil imaginar que hay algo más cuando uno no sabe lo que es
posible para uno mismo, pero también tengo que decirte que cuando uno abre los
ojos ante la infinidad de posibilidades que existen allá afuera la vida se pone
de cabeza y cambia TODO.
Hay que empezar a abrir la mente a otras
posibilidades. Posibilidades de grandeza.
¡TU grandeza!
Una vez que aprendas a aceptar que tu “realidad” no es todo
lo que este mundo tiene para ti, y abras los ojos, tu increíble y poderosa
mente se va a encargar de lo demás.
¿Porqué? Por lo que
mencionaba anteriormente. Tu mente se
enfoca como laser cuando sabes dirigir tus pensamientos y emociones.
Es como cuando estás pensando en comprate ese auto que
querías o ese producto de belleza o ese teléfono nuevo y de la nada empiezan a
aparecer en todos lados. Como
magia.
Y lo curioso es que siempre han estado ahí, solo que hasta
ese momento eran invisibles para ti, hasta que decidiste que era posible
obtener uno.
No voy a desviarme con una lección acerca del
funcionamiento de tu mente porque ya lo hice en la sección pasada (mas o
menos), pero sí es importante que sepas esto:
Donde enfoques tus pensamientos,
ahi te llevará tu mente.
En pocas palabras, si estás pensando constantemente que no
puedes, y que es difícil, y que no es para ti, y bla bla bla, adivina cómo va a
ser el mundo que tu mente te va a dejar ver.
Y por el contrario, para el que cree que todo se puede, y se cree merecedor
de lo mejor del mundo, y piensa y actua en acorde, ¿como crees que será el
mundo para esa persona?
Es básico que tengas una imagen GRANDE de ti mismo, que tengas una visión de lo que quieres ser, y
que tengas una creencia de que es completamente posible esa visión.
Necesitas tener un gran ego, una versión de ti mismo que
exprese poder en lugar de
conformismo.
Para ayudar con esto, haz este ejercicio:
a) Piensa
en algunas palabras. Adjetivos que te
hagan sentir poder, gusto, satisfacción (por ejemplo: increible, exitos@,
atractiv@, energétic@, abundante, etc.), ya sabes, palabras que resuenen en tu
cuerpo, que te hagan sentir eso que te gusta.
b) Escríbelas. Haz una lista.
c) Pon
esta lista en algún lugar donde la puedas ver todos los días, varias veces.
d) Cada
vez que la veas, escoge uno de los adjetivos y repite esto en voz alta: “gracias por hacerme (inserta adjetivo
aqui)”. Dirígete a quien tú creas
que te haya creado, llámese Diós, el universo, la naturaleza, la energía, etc.
Repítelo como si ya fuera cierto, y siéntelo. ¿Como sería tu mundo si esto ya se hubiera
cumplido? Siéntelo cada vez que repitas
estas palabras.
Crea enunciados, puedes decir algo así como “Gracias
universo por crearme poderoso, habil con palabras y con un cuerpo atractivo e
increíble.”
Nota cómo te sientes.
Por supuesto que va a haber una voz muy en el fondo que te
diga “pero no es cierto”. Cuando estos
pensamientos aparezcan, les decimos “gracias” porque es tu mente tratando de
protegerte, y le decimos “¡siguiente!”.
Te voy a dar la explicación resumida del objetivo de hacer
esto:
Estamos reprogramando tu mente para crecer el ego, tu mente
no distingue entre real o ficticio.
Cualquier cosa que repetidamente le digas a tu mente empieza a formar
una creencia y esa creencia automáticamente empieza a desarrollar
comportamientos y acciones que van de acuerdo a esa creencia, e invariablemente
te llevan a una realidad coherente con esas creencias y esas emociones.
¿Crees que suena demasiado bueno o fácil para ser
cierto? Piensa en esto: ¿Como crees que has creado tu existencia
actual?
Te voy a dar mi fórmula de oro para manifestar cosas en tu
vida: C = R,
creencias=resultados.
¿Como? Así:
Tus creencias básicas determinan el tipo de pensamientos que generas.
Cada pensamiento viene acompañado de un sentimiento.
Tus sentimientos determinan tus acciones.
Y tus acciones determinan tus resultados.
Creencias = Resultados.
Siempre. Sin falla.
Lo que crees y guardas en tu subconsciente como verdadero
se manifiesta en lo físico. Todos los
días.
Acción:
Todos los días empieza a hacer consciencia de lo que dices
de ti mismo, de lo que haces en tu día, de lo que sientes.
Pregúntate, ¿Esas palabras, pensamientos, y acciones
reflejan lo que quieres lograr en tu vida?
Si no, empieza a cambiarlos. Cambia lo que dices de ti, y lo que piensas
de ti. Aunque no te lo creas al
principio.
La repetición empieza a crear ciertos hábitos de
pensamiento y comportamiento, y tu realidad empezará a cambiar.
Utiliza palabras poderosas, palabras que te hagan sentir lo
que quieres ser!
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